Alguna vez escuché que sin la música la vida sería un error y concuerdo totalmente. Si en la vida “normal” era un imperativo del entretenimiento, hoy, en medio de la pandemia y de cara a una futura normalidad, es nuestra fiel aliada para reir, llorar, enamorarnos, bailar o simplemente ser más positivos. Y esto tiene una explicación clara y contundente en términos de neuromarketing: la música llega de manera especial a las personas porque tiene que ver con las emociones y queda almacenada en un área del cerebro por siempre. ¿Quién no recuerda de forma automática la letra de una canción y todo lo relacionado a ella con sólo escuchar los primeros acordes?
Sin duda, la industria discográfica es fundamental para las personas, y es de aquéllas que ha sido de las más golpeadas por el tema de la distancia ante la cancelación de todo tipo de conciertos y presentaciones en vivo.
Desde luego hay un fuerte incremento en las reproducciones a través de plataformas de streaming, como Spotify, Deezer o Amazon Music, pero no ha sido suficiente para mantener el vínculo y la emoción de tener a tu artista favorito en vivo y en directo.
Los artistas y las empresas lo sintieron y comenzaron a hacer uso de las Relaciones Públicas más que nunca. Necesitaban recurrir a un buen manejo de esta crisis, generar noticia y estar presentes con sus audiencias.
No olvidemos que, al final, un artista puede ser visto como una marca que puede ganar la preferencia o el rechazo de sus seguidores si no actúan correctamente.
Por su parte, los cantantes, sin importar su género musical decidieron estar cerca de sus fans, quizás de forma muy intuitiva, pero buscaron establecer una relación más personal a través de charlas en redes sociales y cantar como sólo ellos saben desde casa para hacer más ameno el confinamiento.
Los sellos discográficos lo entendieron, fortalecieron sus relaciones con los medios para generar noticia, olvidaron las exclusividades y promovieron la grabación conjunta de canciones desde casa como “Seguimos de Pie”, “Resistiré” (en sus versiones México y España) o “Color Esperanza” con los artistas de Sony Music.
Todas ellas canciones que pasarán a formar parte de nuestra historia y que si no fuera por la distancia física y el uso de la tecnología, nos vendrían a recordar las legendarias “We are the World” de USA for Africa o “Cantaré Cantarás”, que vinieron a reunir a los grandes cantantes de todo un país o región.
¿Cuál es el valor de todo esto?
Esa oportunidad que se le está brindando a los fans para entrar de forma literal a las casas de los famosos, conocer de cerca su entorno y verlos quizás menos glamorosos, pero mucho más cercanos y empáticos. Se están presentando como personas y eso es algo que el auditorio hoy valora mucho.
Muchos de ellos, a título personal, han ampliado sus campañas a través de grandes donaciones a diferentes causas como lo hiciera Bono subastando la letra manuscrita de la icónica canción de U2 “I still haven´t found what I´m looking for”, cuya recaudación ascendió a 76,000 libras y fue destinada para la investigación del COVID19 en Gran Bretaña y Feeding America.
En México, también se han generado iniciativas, como el concierto en línea de Emmanuel y Mijares y cuya recaudación será destinada a la compra de insumos médicos y alimentos para quienes más lo necesitan.
Y como ellos muchos más, la lista sería interminable, lo que confirma una vez más que la música une y que requiere de forma indispensable el apoyo de estrategias de Relaciones Públicas sólidas.
En gustos se rompen géneros, habrá lanzamientos musicales que nos gusten más que otros, pero habrá muchos que pasen a ser un ícono de esta época y que más adelante nos recuerden todo lo vivido y lo aprendido, como “Hay Días” del cantautor colombiano Santiago Cruz que refleja el sentir de muchos de nosotros.
¿Consideras que esta nueva relación más cercana y empática impactará en el futuro de la industria? ¡Pronto lo sabremos!